lunes, 27 de diciembre de 2010

Nunca regresó

Es muy triste ver cuando un ser querido se va de tu lado para probar suerte y así tener un mejor futuro, se van llenos de sueños e ilusiones, con la esperanza de poder ver cristalizado esos sueños y así poder ayudar a su familia que se queda triste y llorando la ausencia del ser querido y preguntándose si pronto regresará o si lo volverán a mirar.
Yo recuerdo que cuando tenía diez años, un primo mío se vino de León, Guanajuato, para cruzar para el otro lado, mi primo solo tenía 14 años pero tenía el deseo de superarse y así también poder darle una mejor vida a su madre, ya que él era el más grande de la familia y se sentía con la responsabilidad de ayudar a mi tía, ya que no tenía papá.
Pero pasaron los meses y nunca mandó una carta, como se lo había prometido a su madre, y llegó el primer año y sin noticias de él y mi tía solo lloraba su ausencia y la pérdida de un hijo.
Hoy, han pasado 25 años desde que se fue y no regresó. Mi tía ha ido con personas que leen las cartas y siempre le dicen que él está muerto, que lo aventaron del tren y hasta hoy día mi tía sigue llorando por su hijo Ramón y eso me llena de tristeza porque él era mi familia.

María de Jesús Rangel Gazca, miembro del Taller de Creación Literaria del reclusorio el Cereso, Mexicali, México.

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